sábado, 26 de septiembre de 2015

UN DON DE LOS DIOSES

El río Tulcis de los romanos abastecía de agua a la ciudad imperial de Tarraco hace aproximadamente dos mil años. El agua es fuente de vida y por eso, tal vez, se creía que era un don de los dioses. En el relato la protagonista recuerda algunas vivencias, casi perdidas en su memoria evanescente, de su natal Tarraco y a lo largo del devenir de esta historia se pueden encontrar pistas de la geografía de la antigua capital de los césares, como la muralla, el puerto, el Campo de Marte, o un acueducto misterioso conocido hoy en día como Puente del Diablo.
Mientras Alesia se pasea por Agnopolis, los poros de su piel se impregnan de olor a salitre, a brea, a ciudad vieja, a guisos marineros, a humo de velas,…Y sin saber cómo su subconsciente la devuelve al tiempo nostálgico de su infancia idolatrada, a la magia inconmensurable de una ciudad mediterránea con raíces romanas y pétreos monumentos, envuelta por un halo dorado y un pasado glorioso.

                                                                 De la novela "Liturgias imperfectas"



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