viernes, 11 de noviembre de 2016

SONIA FERNÁNDEZ VIDAL: EL MUNDO INVISIBLE DE LOS QUARKS

                                                       


"El tiempo podría ser ilusorio y pasaría a ser como un clasificador de universos, más que la noción del mismo que nosotros tenemos."

Sabemos que el espacio está constituido por partículas subatómicas: quarks y electrones, que a su vez no son otra cosa que filamentos microscópicos vibrantes.  Nuestro sistema sensorial gracias a la acción de filtrado de los estímulos externos que recibimos visualiza imágenes mentales del espacio, un concepto que se elabora mediante el software de nuestra mente. En realidad las percepciones que captamos, incluido el espacio, son subjetivas. Es lo que podríamos calificar como espacio ingenuo.
La composición íntima de la materia y sus leyes intrínsecas determinan el comportamiento del universo. Si cambiásemos ligeramente alguno de las características de las partículas elementales, como la masa, el spin o la carga eléctrica ya nada sería igual. Tal vez no seríamos homo sapiens.
Para hablar un poco de todo ello hemos invitado a Sonia Fernández Vidal para que nos ilumine con sus conocimientos. Sonia es doctora en física quántica y ha colaborado con centros tan relevantes como el CERN de Suiza (Organización Europea para la Investigación Nuclear) y el laboratorio Nacional de los Álamos de USA. Sonia ha publicado en los últimos años novelas y libros de divulgación científica de gran éxito editorial, como La puerta de los tres cerrojos, Quantic Love y Desayuno con partículas. Converso con Sonia sin prisas en un bar cerca del puerto de Barcelona, con el ruido de fondo de vasos y platos entrechocando. Será un auténtico desayuno con partículas.
Entro en materia sin preámbulos: “¿Sonia, qué había antes del Big Bang?”
Sonia sonríe y sin alterarse  dice: “ En principio la teoría del Big Bang nos explica que en los inicios del universo, a tiempo t=0, si retrocedemos unos miles de millones de años, se produjo una singularidad, que es una forma de decir que no tenemos idea de lo que pasaba en aquel momento. Una de las teorías más consolidadas señala que el espacio y el tiempo nacieron precisamente con el Big Bang, por lo que fíjate en la paradoja de preguntarnos que había antes del Big Bang. A pesar de ello han surgido otras explicaciones como la teoría de las cuerdas, en los años sesenta, integrada en las de las branas o membranas, que postula que existen multiversos  u otros universos como el nuestro. Por lo tanto sí que tendría más sentido preguntarnos que había antes de la explosión primigenia. Estos universos estarían situados uno tras otro como sbanas﷽﷽﷽﷽﷽s  o universos como el nuestro situados uno tras otro como scomo la teorang  decir que no tenemos idea de lo que pasabábanas colgadas, que normalmente no interaccionan entre sí, sin embargo algún choque fortuito hubiese podido ocasionar el Big Bang. Según estas otras teorías sí que podría haber existido algo antes de la gran explosión, aunque no lo sabemos con exactitud. Ésta era una pregunta que hasta ahora los físicos rehusábamos contestar, pero en la actualidad empiezan ha surgir algunas dudas de si realmente podríamos aventurarnos a pensar en lo que había antes, por lo menos de forma matemática.”
Sonia respira profundamente y aprovecho para plantearle la siguiente cuestión: “Muy relacionado con la anterior cuestión, me pregunto si las leyes de la física existían antes del Big Bang…”
Sonia ataca la respuesta sin titubear: “ ¡Ah, bueno!, se trata de un tema complejo, tal vez más filosófico que físico, incluso más matemático. De acuerdo con la teoría de los multiversos existen tres posibles explicaciones. La primera sostiene que las leyes de la física y sus constantes, como la velocidad de la luz, etc. se comportan igual en todos esos universos, por que todos ellos serían muy parecidos al nuestro. Otra posibilidad  sería que algunas de las constantes físicas difirieran en comportamiento de las que conocemos. Sería como un nivel dos de la anterior hipótesis e incidiría, por ejemplo,  en el comportamiento radioactivo, en como se unen los quarks en los átomos, o en que las interacciones nucleares débiles pudiesen ser más intensas que las fuertes. La tercera posibilidad, más teórica y matemática, contempla la posibilidad de que las leyes de la física fueran completamente diferentes y abstractas de las que conocemos. En este caso podría caber cualquier posibilidad, más allá de lo que nuestra mente es capaz de imaginar.”
Sonia sonríe complaciente. Sus ojos parecen tener una luz interior, tal vez porque nuestra conversación bordea los límites de la ciencia ficción. Acto seguido me aventuro con la siguiente pregunta: “Parece ser que el tiempo de las partículas microscópicas es reversible, a diferencia del tiempo macroscópico que conocemos todos. ¿Esto no es un contrasentido?”
La respuesta de Sonia también es inmediata: “Existen muchos contrasentidos y situaciones que chocan mucho con nuestro sentido común dentro del mundo cuántico. Es cierto que el tiempo puede ir hacia atrás en ciertas partículas fundamentales que experimentan un extraño comportamiento. Es decir, la flecha del tiempo podría invertir su sentido. Pero más que pensar que el tiempo puede ir hacia atrás, lo que nos pone realmente en jaque es que el concepto de tiempo no sea el mismo para nosotros que para las partículas fundamentales. Por ejemplo, en la teoría de las cuerdas es como si los distintos  universos fuesen estáticos y el tiempo nos sirviera para distinguir unos universos de otros. El tiempo podría ser ilusorio y pasaría a ser como un clasificador de universos, más que la noción del mismo que nosotros tenemos. En el universo cuántico existen muchas cosas a las que estamos acostumbrados que dejan de tener sentido.”
No puedo reprimir una exclamación: “ ¡Es fantástico, parece que la física y la metafísica vayan de la mano en estos campos!”
A lo que Sonia replica: “El universo puede llegar a ser más misterioso de lo que podríamos imaginar.”
Para finalizar suelto mi última cuestión: “ ¿Sonia, qué pregunta me he dejado en el tintero que te hubiese gustado que te hiciese?”
Sonia se ríe y piensa unos instantes. Luego dice: “Existen en el campo de la física tantas y tantas cosas… Probablemente la mejor pregunta sería aquella en la que aún no hemos pensado. Einstein decía que lo más importante no es dar respuesta a las preguntas conocidas, sino saber encontrar preguntas nuevas. El reto es plantearse la pregunta. La respuesta ya va de la mano.”
Ha sido un auténtico placer este desayuno tan especial con Sonia. Le agradezco su exquisita amabilidad y le expongo el proyecto de Innsenses, que consiste en la creación de un blog cultural para tratar temas diversos sobre ciencias, arte y metafísica. Asimismo le explico que ella ha sido nuestra primera invitada de honor y afectuosamente accede a firmarnos su último libro. Su dedicatoria, cálida y apasionada, supone una bonita esperanza de futuro para nuestro proyecto. Gracias Sonia.