viernes, 30 de octubre de 2015

UN SUEÑO QUE FLOTA


El príncipe arqueó las cejas dubitativamente y dijo: “Estás cautiva en un mundo inverosímil. Yo soy un holograma que tu mente interpreta como real. No soy ni dejo de ser. Somos un sueño que flota en un sueño, que en realidad tu misma estás creando. Cualquier día me marcharé para que se cumplan las profecías de los viejos oráculos”
La luz menguante resaltaba el óvalo de la cara de la jovencita. Ésta se mordió imperceptiblemente el labio superior antes de decir: “¡Somos reales!”
Alesia se abrazó desesperadamente a Utar. Ambos rodaron por la hierba húmeda. El príncipe dijo: “Somos tan reales como tú quieras creer. Tal vez yo sea un sueño tuyo.”
La joven, exasperada, exclamó: “¡Nadie nos podrá separar jamás!  

Los amantes se fundieron en un beso apasionado, mientras una lluvia blanca empapaba sus cuerpos febriles.

                                                          Francesc Montejo:   "Liturgias imperfectas"


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martes, 20 de octubre de 2015

LITURGIAS IMPERFECTAS EN EL VATICANO

Mientras Alesia se pasea por Agnopolis, los poros de su piel se impregnan de olor a salitre, a brea, a ciudad vieja, a guisos marineros, a humo de velas,…Y sin saber cómo su subconsciente la devuelve al tiempo nostálgico de su infancia idolatrada, a la magia inconmensurable de una ciudad mediterránea con raíces romanas y pétreos monumentos, envuelta por un halo dorado y un pasado glorioso.
Cuando terminé la novela sentí la necesidad de dejarla leer a mi familia y a alguno de mis mejores amigos, y sin saber exactamente por qué también pensé en enviarle un ejemplar dedicado al Papa Benedicto XVI, que hacía poco acababa de renunciar a la Cátedra de San Pedro. Creí que, tal vez, en aquellos momentos el pontífice tendría un poco más de tiempo de lo que había sido habitual en su vida en el transcurso de los últimos años y podría echar un vistazo a mi escrito. Es indudable que en el tema de la doctrina de la fe, el eminente teólogo, es toda una autoridad.
Al cabo de unos meses, Benedicto XVI me envió una carta en la que muy afectuosamente me expresaba su parecer. Deseo ahora agradecerle públicamente la gran amabilidad que me mostró y dedicarle mi novela. Me encantaría también poder compartir con todas las personas que lo deseen ese breve ensayo o reflexión acerca de la relación entre la fe y la realidad empírica verificable, aunque, como veréis más adelante, sobre esa dualidad aún queda mucho por decir.
¿Ciencia y religión son caras de una misma moneda?

                                                      Francesc Montejo: Del prefacio de “Liturgias imperfectas”



La novela está disponible en Amazon:    http://t.co/8w1ZLtR9AP

domingo, 11 de octubre de 2015

UNA SINFONÍA CÓSMICA

Alesia y Utar están formados por la frágil sustancia de los sueños. Son como robots de carne y hueso que experimentan sentimientos como los humanos, aún sabiendo que son únicamente el pensamiento abstracto de un dios invisible. Todo ello acontece en medio de una atmósfera irreal, en la que la presencia de mitos y una extraña melancolía de un pasado perdido son una constante.
Nadie queda indiferente al leer Liturgias imperfectas. El escrito es como un preludio intuitivo de libros venideros que desplegarán acontecimientos simbólicos y sagrados, capaces de justificar el devenir de la humanidad. En definitiva, Liturgias imperfectas es una sinfonía cósmica que nos acerca a la grandeza infinita de la Biblia o el Corán.
Como dice Alesia, rememorando a María Estuardo: “En el final está mi comienzo”. La historia es cíclica y los hechos se encadenan unos a otros en una cadencia que nunca termina.

                                       Rubén Salazar  ( Gaceta Cultural de Medellín)

LITURGIAS IMPERFECTAS: SÓLO EN AMAZÓN ( link más abajo)




miércoles, 7 de octubre de 2015

UN VIENTO GÉLIDO

Un sueño viaja en un viento gélido. La realidad indescifrable. Conceptos inalcanzables. Una distorsión del tiempo del país sin tiempo. Un exiguo microcosmos. Una tormenta magnética. Enloquecieron los spines atómicos. Y la materia giró de repente en sentido contrario. ¡Qué curioso! Desde lo más alto del Faro de la Realidad, Alesia contemplaba el amenazante Mar de las Tinieblas.
La muchacha sentía una extraña atracción entre mística y sensual hacia aquella grandiosa embocadura oscura. Los héroes literarios eran el reflejo de la genética inconsciente. Nos cercaban e influían en nuestro estado de ánimo. Era un juego interminable en el que ellos eran nosotros. ¿Servían Ulises o Anna Karenina como patrones de nuestro comportamiento?
¿Las artes eran un bálsamo para el alma? Según le había explicado Utar, ésta era una hipótesis plausible. Tal vez podrían restaurar el equilibrio espiritual, alterado por el dolor y el sufrimiento.
 La muchacha recordó una inscripción en una lápida de piedra que vislumbró en uno de sus sueños: Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.

 Esta reflexión del filósofo vienés  Lugwing Wittgenstein  resume de manera sintética su visión sobre la filosofía del lenguaje. La obra de Wittgenstein bucea en la interpretación del significado del lenguaje e indirectamente trata de establecer la relación entre éste y la realidad. Este planteamiento wittgensteniano define el alcance de nuestra realidad ingenua, la que nos permite contemplar el universo cómo exactamente nosotros lo vemos.

                                                        De la novela "Liturgias imperfectas"


domingo, 4 de octubre de 2015

CRÓNICA DEL ALT CAMP

Sobre "Liturgias imperfectas" planea en todo instante una sensación de irrealidad, en un país donde no existe el tiempo. Lo inaudito convive con lo habitual, mezclando sueños con realidad en Anacroland. La guerra es sólo un eco del pasado y una extraña paz invade ahora aquellos recónditos confines. 
El texto trata de temas insolubles y está plagado de elementos simbólicos que nos invitan a reflexionar. Como concluyó el papa Benedicto XVI, tras haber leído esta novela y afirmar que era una idea feliz crear mundos imaginarios para intentar comprender la realidad, de una forma similar el lector puede deducir que la humanidad está abocada irremediablemente a luchar entre sí, con el eterno dilema del bien y del mal como talón de fondo.
"Liturgias imperfectas"  nos reconcilia con lo que nos hace humanos, como las ansías de trascendencia y las creencias en divinidades excelsas."
                                         Laura Ribera (Crónicas literarias del Alt Camp)

viernes, 2 de octubre de 2015

SIEMPRE TARRACO

Liturgias imperfectas es un intento de plasmar en un experimento literario los mecanismos invisibles que  configuran la fe y sus connotaciones filosóficas. Isinia y Agnosinia son países separados por culturas que difieren en más de dos mil años y que conviven por azar en la insólita isla de Anacroland, iluminada por la luz cenital de un astro llamado Aedes. Los escenarios de la historia poseen una estética surrealista: La Escalera Helicoidal, la Isla Perdida de Darwin, o el Templo Sagrado de Algalia, réplica del de Gaudí de Barcelona.
La fábula, impregnada de una sutil atmósfera mitológica y salpicada de imágenes alegóricas, alcanza su punto álgido cuando Alesia, que vive un apasionado idilio con el príncipe de los agnosinios, es acusada de un grave delito contra las leyes sagradas de su pueblo y condenada a un destierro inaudito. La muchacha abandonará Anacroland, la isla de los anacronismos, a bordo de un pequeño velero y se dirigirá hacia un destino desconocido.
La presente novela es la inicial de una tetralogía denominada “Del Tulcis a Tarraco”. El río Tulcis de los romanos abastecía de agua a la ciudad imperial de Tarraco hace aproximadamente dos mil años. El agua es fuente de vida y por eso, tal vez, se creía que era un don de los dioses. En el relato la protagonista recuerda algunas vivencias, casi perdidas en su memoria evanescente, de su natal Tarraco y a lo largo del devenir de esta historia se pueden encontrar pistas de la geografía de la antigua capital de los césares, como la muralla, el puerto, el Campo de Marte, o un acueducto misterioso conocido hoy en día como Puente del Diablo.
Mientras Alesia se pasea por Agnopolis, los poros de su piel se impregnan de olor a salitre, a brea, a ciudad vieja, a guisos marineros, a humo de velas,…Y sin saber cómo su subconsciente la devuelve al tiempo nostálgico de su infancia idolatrada, a la magia inconmensurable de una ciudad mediterránea con raíces romanas y pétreos monumentos, envuelta por un halo dorado y un pasado glorioso.

Cuando terminé la novela sentí la necesidad de dejarla leer a mi familia y a alguno de mis mejores amigos, y sin saber exactamente por qué también pensé en enviarle un ejemplar dedicado al Papa Benedicto XVI, que hacía poco acababa de renunciar a la Cátedra de San Pedro. Creí que, tal vez, en aquellos momentos el pontífice tendría un poco más de tiempo de lo que había sido habitual en su vida en el transcurso de los últimos años y podría echar un vistazo a mi escrito. Es indudable que en el tema de la doctrina de la fe, el eminente teólogo, es toda una autoridad.