lunes, 31 de agosto de 2015

LA INFUSIÓN DE LOS DOS LADRONES

Las sombras inminentes serían como un lamento breve, como la precipitación etérea de una hoja de abedul sobre un suelo arcilloso. Ella lanzaba preguntas al aire. Pero no había respuestas, todo lo que hallaba eran preguntas que volvían volando como pájaros al ralentí. Lo que descubría era siempre la misma pregunta.
Una hora antes la amable Melisa había proporcionado a los invitados una infusión especial para que pudiesen conciliar mejor el sueño. Estaba compuesta por una mezcla de hierbas aromáticas que gozaban de propiedades mágicas, relajaban el espíritu y construían  mundos ingrávidos, donde los sueños eran la esencia suprema de los mismos.
                              

                                                                    De la novela “Eucaliptus rojos”

No hay comentarios:

Publicar un comentario