martes, 1 de septiembre de 2015

EL PREMIO

Sus palabras sonaron duras. Matías prosiguió: “Os voy a leer lo que dice exactamente… ¿Quién es el más listo de la clase? Hay un enigma que descifrar y el premio pude no ser insustancial.”
           Una vez más el estado de ánimo de los presentes había quedado suspendido en una extraña sensación, mezcla de sorpresa y desconfianza. ¿A dónde les llevaría todo aquello? ¿Cuál era el objetivo final? Cada uno de ellos tenía respuestas distintas a esas incógnitas. Sofía creía que no había ningún enigma que descifrar y que el premio insustancial en realidad carecía de significado. Pensaba que aquel texto indescifrable era una forma de estimular a los ratoncitos a que se estrujasen la mollera.
Los invitados tomaron de nuevo asiento en distintos lugares del salón. Junto a la chimenea se acomodaron Sofía y Laura. Entre ellas se había establecido una relación especial, como de camaradas que se conocen de toda la vida. La tormenta parecía que finalmente se estaba debilitando.

                                                                                  De la novela “Eucaliptus rojos”


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