jueves, 10 de septiembre de 2015

SUEÑOS DE ALGODÓN

El Palacio Real de Agnosinia era una imponente construcción con una cúpula de oro en la que en lo alto de un extenso mástil ondeaba una bandera, blanca y amarilla, con el símbolo del Reino de Algalia en el centro, un sencillo y esquemático reloj de arena.
“¿Cómo adquirimos el concepto de Dios? Existen lazos misteriosos entre las partes del cerebro que gobiernan las emociones y las que controlan la racionalidad. ¿Cómo se establece este sutil trasvase de conocimientos? La fe es algo extraordinario, no obstante no debemos presuponer que el resultado de la actividad de la misma sea necesariamente verdadero”, argüía Alesia.
Gracias amigos míos. Os agradezco de corazón vuestros desvelos. Cuidaros mucho y no olvidéis que el amor es lo único que os puede consolar. Estamos en esta tierra de paso y tarde o temprano hemos de afrontar el viaje al más allá. La positividad atrae positividad. Sed fuertes y no temáis a nada. La ignorancia es ingrata, pero a veces también tiene su lado reconfortante.
 ¿Quién más sabe? El que ignora los misterios del cosmos o el que siendo un gran sabio es consciente de que no sabe apenas nada.
Todo eso lo soñaba Sofía, ¿o, tal vez lo soñaba la propia Alesia?


                                                                    De la novela “Eucaliptus rojos”

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