
La pastora detuvo su vista en
una pequeña estantería de porcelana blanca. Se había alejado un poco y estaba
observando algunos frascos de esencias. Uno de ellos estaba etiquetado como Luz o esencia de la bondad, otro llevaba
el nombre de Tinieblas o maldad
concentrada, un tercero estaba etiquetado como esencia de oro.
Utar se acercó a la joven y
preguntó: “¿Qué es la esencia de oro?”
Alesia tomo entre sus dedos un
pequeño recipiente de cristal que contenía un precioso líquido metálico, oro
líquido. “Es la quintaesencia de la alquimia. Lo más maravilloso que jamás
hayas soñado”, respondió la joven esbozando una amplia sonrisa.
El príncipe observó extasiado una
vez más las facciones de cera de la pastora, tan hermosas como las de las ninfas del
paraíso. Con delicadeza acarició la piel suave de aquel rostro asombroso,
mientras decía: “Lo más maravilloso que jamás he soñado eres tú.”
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