El
arte es un conjunto de actividades humanas que en la mayoría de los casos
exaltan belleza. Los mapas cerebrales responsables de la estética, la expresión de la
belleza, difieren sustancialmente de los relacionados con las actividades
básicas de los animales, como el apetito, la sed, el sexo, el entretenimiento,
etc.
El
arte puede ser conceptual, experimental, emocional o formal, entre
otras opciones.
La
belleza es el resultado de la observación o la creación fundamentada en la armonía,
las simetrías, las asimetrías, el contraste de colores, texturas o sonidos,
todo un inmenso repertorio de elementos en la paleta imaginaria del creativo.
El
arte en sí mismo es un fenómeno íntimo, pero que en muchas ocasiones se comparte
con más gente mediante un proceso comunicativo.
Solo
los animales con cerebros muy evolucionados han desarrollado el arte. Según el
paleontólogo Jordi Agustí, el arte surgió por evolución, debido a un excedente de emotividad en el cerebro
del homo sapiens.
Este
exceso de energía o emotividad se puede canalizar a través del arte, pero
también a través de otras actividades, como el ejercicio físico, el sexo, las
acciones humanitarias, etc.
El
arte siempre es subjetivo. Sin la presencia humana el arte no existe. Emulando
al filósofo George Berkeley podríamos preguntarnos: ¿Acaso la Mona Lisa sola en el Museo del Louvre es
arte?
La estética aplica sobre conceptos
mentales de diversa índole, como por ejemplo la filosofía, la ciencia o la
ética. El arte se capta a través de
nuestros sentidos, como el arte musical, el plástico, el perfumístico, el
cinematográfico o el gastronómico, por citar algunos de ellos.
Un
caso interesante es el arte que deriva del conocimiento de la divinidad. Este concepto pertenece a la
clase de los que poseen límites no bien definidos, con una cierta geometría variable. Este tipo de
conceptos admiten múltiples interpretaciones y se definen dentro de un inmenso
margen de variabilidad, entre el cero (la vacuidad de ciertas filosofías
orientales y el infinito poder de Dios de las civilizaciones occidentales).
La divinidad está enraizada con algunas de
las preguntas indecibles gödelianas,
como el origen del universo. Actualmente la ciencia cree que existen dos
posibilidades: o que antes de todo había la nada más absoluta o que había un
infinito de otros universos o multiversos.
El
arte abstracto, se inspira en ideas evanescentes, como en el caso de Mark Rothko, que, con sus enormes
lienzos de colores planos, intenta establecer una conexión invisible con la
divinidad. Pero la ineludible subjetividad del arte hace que no todo el mundo
opine lo mismo.
El
valor de lo artístico es personal e intransferible y puede oscilar entre el
cero y el infinito. Para un mismo sujeto ese parámetro puede variar a lo largo
de su vida. Las circunstancias económicas y la historia propia alteran en
ocasiones esa percepción.
¿Puede
un cerebro limitado alcanzar dimensiones superiores de entendimiento?
Una
respuesta agnóstica sería no, pero una respuesta surrealista diría que se puede
obrar el milagro. Estructuras sencillas pueden crear mediante la ayuda del
fenómeno de la emergencia estructuras complejísimas, como por ejemplo un ser
vivo. Estaríamos ante el superhombre de Nietzsche que intuyeron Arthur Clarke y
Stanley Kubrick en su obra 2001: Una
Odisea en el espacio.
El
arte plástico adquiere momentos congelados del espacio-tiempo desde la óptica
subjetiva de un determinado sujeto. Es una visión de la realidad concreta, una
abstracción de la misma, que, aunque puntual, crea todo un universo de
infinitos puntos y trazos en la imaginación del artista o de quién contempla el
resultado de la actividad artística.
El impresionismo se basa en las leyes Chevreul
de la yuxtaposición de colores complementarios.
El expresionismo se centra en la expresión
máxima de emociones y sentimientos.
El surrealismo explora el alcance de
nuestros sueños.
El cubismo intenta de forma conceptual
representar las tres dimensiones espaciales en una superficie plana.
Otras
corrientes artísticas exploran originales universos, basándose en nuevos
conceptos y tecnologías. En nuestros días el genial pintor inglés David Hockney
pinta paisajes de su Yorkshire con un I Pad. Luego los imprime como grandes
murales. Hablamos de arte digital.
La
tradición es la historia de la imaginación del artista.
Algunas
ideas casi inconexas me pasan por la mente. Todas las imágenes son
abstracciones. La realidad está formada por quarks y electrones, que no podemos
ver. Observamos una realidad muy irreal: la luz reflejada sobre los escudos
moleculares de estas partículas
elementales.
Las
imágenes artísticas reflejan en ocasiones el subconsciente del artista y su
entorno social y político.
El
estilo es consecuencia de la descripción del artista.
La
abstracción procede de la mente del artista.
Una concepción
artística visible solo es buena si es excelente su ejecución.
¿Para
qué sirve el arte podemos preguntarnos?
La respuesta
es: para todo y para nada. Hay quien vive sin necesitar el arte y hay quién
recurre al arte como hipótesis de
existencia.
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